Sunday, March 25, 2007

Marcelo: hablan los hechos

Itinerario Político
Ricardo Alemán
El Universal

Jueves 22 de marzo de 2007

Construye una imagen y un liderazgo al margen de AMLO, y asume las posturas defendidas históricamente por la izquierda

En días recientes, la empresa de imagen y mercadotecnia "Eventum" -que mide la popularidad de hombres y mujeres públicos desde la óptica del mercado, como si se trataran de mercancías-, hizo público un estudio sobre Marcelo Ebrard, en el que resume que el jefe de gobierno capitalino tiene muy pocas posibilidades de convertirse en presidenciable para 2012.

Las razones que esgrimen los especialistas son de sentido común y parecen convincentes. Que el señor Ebrard no es visto como un político de izquierda, sino como un pirrurris de derecha; que mientras no se deslinde de su jefe y promotor, López Obrador, no creará su propia identidad y liderazgo y, sobre todo, que no cuenta con un partido político propio, pues en el PRD importantes tribus no lo ven como de casa, sino como un advenedizo.

Y no les falta razón, sobre todo si se toma en cuenta que Marcelo Ebrard es uno de los más depurados productos del viejo PRI, en su momento vinculado estrechamente con el salinismo, y que incursionó en el PRD y en la izquierda partidista a partir del proyecto del señor López Obrador. También es cierto que el jefe de gobierno mantiene una fuerte disputa con diversos grupos o "tribus" del PRD, sobre todo con Nueva Izquierda -Los Chuchos-, por lo que está totalmente acotado por la Asamblea Legislativa.

Todo eso es cierto, pero también que Ebrard es un probado "animal político", antes que un militante de tal o cual bandera partidista. El señor Ebrard sabe que está obligado a enviar señales claras, en distintos frentes, que le permitan construir su propia identidad política y edificar su liderazgo. Y si para ello requiere emparentarse con la izquierda -en temas espinosos como el del aborto-, y "desmarcarse" de su jefe y promotor, lo hará hasta donde sea necesario.

Por eso llama poderosamente la atención que apenas ayer Ebrard envió una de las más claras señales para colocarse en el difuso espacio de la izquierda partidista, una señal que -cabe recordar-, no fue capaz de enviar su antecesor y promotor, López Obrador. Resulta que durante la conmemoración del 201 aniversario del natalicio de Benito Juárez, el jefe de Gobierno manifestó su abierto respaldo a los legisladores del DF para impulsar la despenalización del aborto. Y no se quedó en eso, sino que dijo que en pleno siglo 21, grupos católicos siguen en su intento de subordinar las instituciones del Estado mexicano a sus intereses religiosos y a sus credos; división del Estado e iglesia que ya resolvió la historia de México.

En los hechos, Ebrard no sólo se deslinda de la postura timorata de su antecesor respecto del aborto, sino que ofrece muestras de que está dispuesto a pagar los costos político-electorales -y de imagen-, al asumir una postura como esa, y lo que parece más importante, reclama la legitimidad de las instituciones constituidas. Ofrece, en pocas palabras, un deslinde en tres bandas; desde el espinoso asunto del aborto, desde asumir el pago de facturas político clientelares por sus decisiones, y desde el reconocimiento de la legitimidad institucional. Y eso no es poca cosa.

Pero al mismo tiempo, al entrar al debate sobre el aborto, se coloca en la posición contraria, en abierto contraste entre derecha e izquierda, respecto del presidente Calderón, quien también se metió al tema del aborto, para reclamar a la Asamblea Legislativa "prudencia" y que las mayorías "no avasallen" en ese tema. Dicho de otro modo, Ebrard construye su propia imagen y liderazgo, al margen del "legítimo", y se coloca del lado de las posturas defendidas históricamente por la izquierda, pero sin romper de manera abierta con su otrora jefe político. El señor Ebrard se mueve no por el olfato político -como AMLO-, sino por el talento. Sutil diferencia.

Pero va más allá. Todos saben que en el discurso, el jefe de gobierno mantiene vigente su postura de no reconocer al gobierno "espurio" de Calderón. Sin embargo, y otra vez a la luz de los hechos, aparece como el mejor aliado del gobierno de Calderón, en uno de los temas fundamentales del gobierno federal; la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. Como no lo ha hecho ningún gobernador del país, sea del PRI, PAN y PRD, el señor Ebrard se ha enfrentado al crimen organizado -primero en su batida en Tepito-, y ahora en Iztapalapa, en donde incautó piezas de autos presuntamente robadas, desmanteló más de 200 comercios de esas mercancías y expropió el predio donde operaban.

Ebrard no sólo paga los costos políticos y clientelares en éste caso -como también lo hizo en Tepito y en el desalojo de los ambulantes del Centro Histórico-, sino que se ganó el reconocimiento social y hasta del propio gobierno federal. Apenas ayer, el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, felicitó al jefe de Gobierno, por su tarea en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. Parece claro que en tanto "animal político" en plenitud, Marcelo Ebrard hará lo que sea necesario para construirse como alternativa de gobierno y pretenso real al 2007. Al tiempo.

aleman2@prodigy.net.mx

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home