Ebrard, primer error
Néstor Ojeda / Milenio (14-01-2007)
Marcelo Ebrard es, sin duda, uno de los políticos más eficaces con los que contó López Obrador en su equipo durante el conflicto del desafuero y eso le valió ser su sucesor como jefe de Gobierno en el DF.
El propio Ebrard, desde el primer momento, tomó distancia formal de su ex jefe y sus ideas, de cual su glamorosa boda fue un ejemplo simbólico, así como su deslinde de la corriente Nueva Izquierda, pasos necesarios para construir su propio camino rumbo a la candidatura presidencial del PRD para las elecciones federales de 2012.
Sin embargo, si se confirman las versiones surgidas de su entorno cercano, Marcelo ha cometido su primer error como jefe de Gobierno y precandidato a ser inquilino de Los Pinos dentro de seis años.
Se trata del presunto nombramiento de Virgilio Caballero como encargado de encabezar el proyecto para obtener una frecuencia de televisión y radio para el gobierno de la Ciudad de México.
Surgido de las filas de la segunda división de la televisión mexicana, este conspicuo personaje se ha desempeñado como conductor y director de diversos medios electrónicos oficiales y le tocó arrancar de diversas estaciones estatales, como en el caso de las de Oaxaca y Quintana Roo, de donde ha salido en medio de escándalos por presuntos desvíos de recursos, desaparición de equipos, aviadurías y uso la infraestructura de las televisoras para fines personales.
De la misma forma, Virgilio fue destituído como director del Canal del Congreso, el cual aún padece las secuelas de la ineficacia de quien también fuera su fundador.
Acostrumbrado a los negocios al amparo del poder y desconocedor de los principios o la ideología, Caballero no ha hecho distingos entre el PRI y el PRD, como ocurrió cuando en 1999 se ligó a un tiempo en la campaña del priista Jesús Silva Herzog y con el gobierno perredista del DF, con el trabajó a través de la empresa Publicorp, beneficiada con contratos millonarios y cuya relación prueban documentos firmados por él mismo.
Con estos antecedentes, es evidente que sin duda es el menos indicado para liderar un proyecto tan ambicioso como la creación de un sistema de radio y tv para el GDF; a menos que Ebrard lo quiera para que le ayude a hacer negocios como los que al parecer acostumbra Virgilio Caballero. Ya veremos.
Marcelo Ebrard es, sin duda, uno de los políticos más eficaces con los que contó López Obrador en su equipo durante el conflicto del desafuero y eso le valió ser su sucesor como jefe de Gobierno en el DF.
El propio Ebrard, desde el primer momento, tomó distancia formal de su ex jefe y sus ideas, de cual su glamorosa boda fue un ejemplo simbólico, así como su deslinde de la corriente Nueva Izquierda, pasos necesarios para construir su propio camino rumbo a la candidatura presidencial del PRD para las elecciones federales de 2012.
Sin embargo, si se confirman las versiones surgidas de su entorno cercano, Marcelo ha cometido su primer error como jefe de Gobierno y precandidato a ser inquilino de Los Pinos dentro de seis años.
Se trata del presunto nombramiento de Virgilio Caballero como encargado de encabezar el proyecto para obtener una frecuencia de televisión y radio para el gobierno de la Ciudad de México.
Surgido de las filas de la segunda división de la televisión mexicana, este conspicuo personaje se ha desempeñado como conductor y director de diversos medios electrónicos oficiales y le tocó arrancar de diversas estaciones estatales, como en el caso de las de Oaxaca y Quintana Roo, de donde ha salido en medio de escándalos por presuntos desvíos de recursos, desaparición de equipos, aviadurías y uso la infraestructura de las televisoras para fines personales.
De la misma forma, Virgilio fue destituído como director del Canal del Congreso, el cual aún padece las secuelas de la ineficacia de quien también fuera su fundador.
Acostrumbrado a los negocios al amparo del poder y desconocedor de los principios o la ideología, Caballero no ha hecho distingos entre el PRI y el PRD, como ocurrió cuando en 1999 se ligó a un tiempo en la campaña del priista Jesús Silva Herzog y con el gobierno perredista del DF, con el trabajó a través de la empresa Publicorp, beneficiada con contratos millonarios y cuya relación prueban documentos firmados por él mismo.
Con estos antecedentes, es evidente que sin duda es el menos indicado para liderar un proyecto tan ambicioso como la creación de un sistema de radio y tv para el GDF; a menos que Ebrard lo quiera para que le ayude a hacer negocios como los que al parecer acostumbra Virgilio Caballero. Ya veremos.
Labels: Corrupción, Virgilio Caballero
posted by Noventaysiete @ 12:48 PM
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