Wednesday, April 04, 2007

La Leyenda

Cuentan que, llegado el tiempo, los antiguos espíritus trasladaron mágicamente a Marcelo Ebrard a la cumbre del Cerro de la Estrella y que ahí lo hicieron caer, pero no para abajo, sino en profundo sopor. Cuenta la tradición que esto ocurrió en el rumbo ya referido en el interior de una gruta toda ella decorada con místicas pinturas de Mariagna Pratts.

El ingreso de la gruta estaba resguardado por San Joel Ortega y varios hombres de buena voluntad con metralleta, chacos y granadas de Agustín Lara que son las más letales. Por días y noches que eran sólo una especie de río de tinieblas, Marcelo durmió. Alguna vez se despertó y dijo: quiero mi yogur, pero volvió a desvanecerse.

Poco tiempo después de este incidente, el espíritu se le presentó y dijo: no hay yogur. Los dos se desvanecieron. Regresó el espíritu ya en plan serio y le dijo: Marcelo, en ti hemos pensado para la consumación del último sueño azteca. Debes saber que Moctezuma, en la plenitud de su imperio, le dio por pensar que no era bueno para la imagen de la invicta y poderosa Tenochtitlan, ni era bueno para el propio Moctezuma que se ostentaba como todopoderoso, que, cuando el emperador tenía antojos marítimos, tuviera que valerse de unos chancludos que le traían de los rumbos de la Villa Rica unos pescados ya muy correteados y con los ojos idos como la mítica Gordillo.

Y entonces Moctezuma dijo: el mar vendrá a mi ciudad, construiré no uno, sino varios mares en Tenochtitlan: ¡que el mar sea!. Esto dijo y aparecieron unos caballos que Moctezuma ni conocía, ni olían a mar. De hecho, los caballos irrumpieron en sus sueños, todo lo destrozaron, todo lo volvieron imposible. Mucho tiempo ha pasado desde esto. Por eternos días y noches hemos esperado la aparición de un verdadero azteca con su característico pelo rubio y ojos azules. Por fin llegaste Huitzilihuitl Ebrard.

Tú has sido designado para que el sueño de Moctezuma no quede trunco: gracias a ti, a tu envidiable tenacidad, el mar vendrá a Tenochtitlan y seremos los raptores del sol y los conquistadores del trópico: ¡anda, no te demores!, comienza con unas cuatro playitas y de ahí nos seguimos. Si flaqueas, siempre tendrás a tu lado a Jessica La Llorona Miranda; ella te hará fuerte (con el debido respeto).

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