Sunday, April 29, 2007

Aborto: el primer deslinde

Archivos del poder
Por: Martín Moreno

Más allá de implicaciones de salud pública o ideológicas, la despenalización del aborto en el Distrito Federal significa el primer deslinde claro de la corriente más poderosa dentro del PRD —Nueva Izquierda (NI)— del liderazgo que aún mantiene Andrés Manuel López Obrador en el partido, y del gobierno de Marcelo Ebrard. Es comenzar a marcar distancias tanto con el gobierno legítimo obradorista como con el falso izquierdismo ebrardista. "Les vamos a ganar la agenda. Vamos a recuperar al partido", advierten los integrantes de NI.

Y es que la batalla que se dio desde la Asamblea Legislativa del DF fue impulsada exclusivamente por las cabezas de Nueva Izquierda y nada tuvieron que ver ni AMLO ni Ebrard. Aún más: los ex priistas nunca vieron con simpatía esta reforma, pues eran totalmente ajenos a ella y en ningún momento se les consultó para sacarla adelante. Por eso la criticaron a través de terceros y le regatearon apoyo inicialmente.

En el fondo, la corriente encabezada por Jesús Ortega y apuntalada con los liderazgos del senador René Arce —quien se ha erigido como el factor de poder más influyente en el DF— y el presidente de la Comisión de Gobierno de la asamblea capitalina, Víctor Hugo Círigo, comienza a acotar la hegemonía de AMLO en el partido, con miras a la renovación de la dirigencia nacional, para que a la presidencia partidista llegue un verdadero izquierdista en lugar de Leonel Cota Montaño, quien se ha desempeñado como un lacayo más al servicio del tabasqueño. La intención de NI es arrebatarle la presidencia del PRD al obradorismo y, con las riendas del partido bien sujetas, prepararse para las elecciones intermedias de 2009 y enfilarse a la presidencial de 2012, al postular a verdaderos representantes de la izquierda y no a ex priistas —como López Obrador, Ebrard, Cota, Monreal, Camacho y compañía—, que se han apoderado del PRD sin importarles ideologías ni muchos menos el pensamiento social que enarbola la izquierda.

La intención de Nueva Izquierda —por mucho la corriente más importante e influyente del perredismo nacional, tanto en las cámaras de Diputados y de Senadores como en la ALDF— es aislar paulatinamente a la presidencia legítima de AMLO y a las estridencias y fanatismos que la rodean, que tanto han dañado políticamente a la verdadera izquierda mexicana. "Queremos convertirnos en una izquierda útil, progresista, moderna y confiable para los mexicanos, lejos de delirios y de locuras que a nada nos conducen. Tenemos que dar otra imagen", confían a estos Archivos representantes de NI.

López Obrador nunca estuvo de acuerdo con el procedimiento para despenalizar el aborto debido a una sencilla razón: no era una propuesta suya y sí impulsada por una corriente ajena a él y a sus incondicionales. En privado no hablaba sobre esta reforma, pero los nuevoizquierdistas registraron el golpe cuando Bernardo Bátiz, uno de los voceros de AMLO, dijo públicamente que "era una imprudencia que se promoviera la despenalización del aborto, cuando había temas más importantes que tratar, como la ley electoral y el ataque a la pobreza". Fue el mensaje obradorista.

El jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard —a quien los verdaderos izquierdistas detestan por su oportunismo político y le advierten que se olvide de la candidatura presidencial del PRD—, tampoco fue consultado sobre la despenalización del aborto y por ello no respaldó, en principio, la propuesta. El falso izquierdista fue inclusive titubeante con el proyecto. En el aniversario del natalicio de Benito Juárez, Ebrard tuvo el siguiente diálogo con Círigo:

- Ya saquen lo del aborto, Víctor Hugo… Apúrenle…

- No, Marcelo. No vamos a forzar las cosas. Todo lleva su tiempo…

- Ahorita deberías echarte un discurso sobre Juárez… dar un mensaje, Víctor Hugo… Agarra el micrófono…

- Mejor hazlo tú, Marcelo. Tú eres el jefe de Gobierno.

- Tendría más impacto…

Y acorralado por las circunstancias, Ebrard tuvo que hablar en el Hemiciclo a Juárez y apoyar públicamente, hasta el 21 de marzo, la batalla que su partido daba por despenalizar el aborto, a pesar de que las discusiones habían iniciado meses antes. "Marcelo nunca quiso involucrarse. Ahora no le queda otra más que apoyar".

Así, la lucha por despenalizar el aborto en el DF, las circunstancias y los desencuentros al interior del PRD, simboliza el primer deslinde importante de Nueva Izquierda del liderazgo de AMLO. La nueva ley allí está, bajo el sello de la izquierda y ajena al obradorismo y al gobierno de Ebrard. Más allá de posturas ideológicas, ha comenzado el corte del cordón umbilical que aún mantiene unidos al PRD y a López Obrador, para darle un golpe de timón al rumbo que ha mantenido la izquierda después de las elecciones del 2 de julio de 2006. A ver cómo les responde AMLO.

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