Monday, September 24, 2007

GDF: deuda elástica y gastos secretos

Razones

Por: Jorge Fernández Menéndez

Las cifras no le cuadran al Gobierno del Distrito Federal y eso que tiene, a diferencia de la administración capitalina anterior, un equipo financiero talentoso. En su primer Informe, Marcelo Ebrard se quejó de que "le quitarán" a la capital tres mil millones de pesos de participaciones federales. Ese mismo día platicamos con el subsecretario de Ingresos de la SHCP , Fernando Sánchez Ugarte, y dijo que no era verdad, que se ha cambiado el sistema para calcular las participaciones, adecuándolo a la población y la contribución de cada entidad, pero ello no reduce en nada los recursos para el GDF. Ayer mismo, en la Cámara de Diputados, en la Comisión de Hacienda, aclararon que el DF no sólo no tendrá un presupuesto menor, sino aumentará, gracias al gasolinazo, en unos mil 800 millones de pesos al año y que, por la reforma fiscal en sí, en poco más de siete mil millones: en resumen, nadie le ha quitado al GDF tres mil millones sino que, al contrario, recibirá en 2008 nueve mil millones de pesos adicionales.

Ese mismo día Ebrard anunció un seguro de desempleo que, dijo, se financiaría con base en los ahorros realizados por la renegociación de la deuda, que suma unos mil 500 millones de pesos. Pero el seguro que propuso Ebrard ocuparía sólo unos cien millones, de los cuales, entre 80 y 90 millones, ya se los proporciona la Federación para financiar un seguro de desempleo existente desde 1984. Así se podrían explicar las cifras, porque esos mismos recursos provenientes del ahorro de la deuda son los que Ebrard aseguró que se usarían para el mantenimiento y la ampliación del deficiente sistema hidráulico de la ciudad. Más adelante, el gobierno capitalino dijo, también, que esos mil 500 millones de pesos serían para "obras de infraestructura", sin especificar cuáles. Ahora se dice que se pagará un seguro de desempleo para 70 mil personas, que ya está 90% pagado.

Los problemas son varios. Uno de ellos es que el GDF, que dice gastar, según informó Ebrard, más de la mitad de su presupuesto en programas sociales, no rinde cuentas de ellos. No conocemos el padrón de beneficiarios de ninguno de esos programas que se pagan con recursos públicos ni de la cartera de Ebrard o su secretario de Desarrollo Social, Martí Batres, aunque ambos, en ocasiones, parecen olvidarlo. No hablemos de los gastos de las obras viales de la anterior administración, guardados como secretos de Estado.

Por eso, quizá, los mil 500 millones de pesos ahorrados (en realidad, diferidos) en el pago de la deuda capitalina pueden estirarse tanto y distribuirse en tan diversos proyectos, aunque las cuentas no cuadren. Porque la deuda del DF sigue siendo un problema: en 1997, cuando asumió el gobierno capitalino Cuauhtémoc Cárdenas, era de 11 mil 800 millones de pesos. Al concluir 2006, había ascendido ya a 44 mil 100 millones. En términos reales, el incremento de la deuda fue de 98%, según cifras oficiales. El DF es la entidad más endeudada del país. Al terminar 2006, su deuda equivalía a 27.5% del total de lo adeudado por las entidades federativas de México. Si en 1997 la deuda constituía 31.5% de los ingresos del gobierno capitalino, al inicio de la administración de Ebrard ese porcentaje era de 98%. O sea, que la deuda es igual a todo lo que recauda por cuenta propia el GDF. Incluso era 77.8% de todas las participaciones federales que recibe el gobierno capitalino. Y si alguien tiene dudas con respecto al mal manejo financiero de la administración lopezobradorista, habría que recordar que el servicio (o sea, los intereses de la deuda) pasó, de 3.8% de las participaciones federales que recibe el Gobierno capitalino, a 11.6% en 2006. Fue por esas consideraciones que el gobierno federal autorizó la renegociación de la deuda capitalina. Debe recordarse un punto: la única entidad del país que tiene como garante de su deuda a la Federación es el GDF. Las 31 entidades federativas son responsables por sí mismas de sus finanzas y su endeudamiento. En otras palabras, si el DF no paga, le cobran a la Federación.

La "refinanciación" de la deuda extendió el plazo de pago de intereses de ocho a 30 años y permitió, como se dijo, un ahorro anual de mil 500 millones. Es un ahorro parcial porque en el futuro se deberán pagar esos intereses, pero, por lo pronto, el compromiso es que se crearía un fideicomiso en el cual se depositarán las participaciones federales necesarias con el fin de liquidar esas obligaciones. Pero, en el mismo acuerdo, el gobierno capitalino se comprometió con la Secretaría de Hacienda a transparentar sus gastos y a establecer nuevos indicadores con respecto a la forma en que gastaría esos ahorros y el compromiso explícito de utilizarlos en infraestructura, sobre todo, agua y drenaje. No se dijo una palabra de programas de desempleo sin mecanismos de control transparentes.

Pero hay un problema adicional. Para reestructurar la deuda, el Gobierno del Distrito Federal contrató los servicios de la empresa Protego (que encabeza Pedro Aspe). Según se estipula en el contrato respectivo, por esa labor, Protego recibió un millón de pesos más IVA, pagaderos a cien mil pesos mensuales. Lo que se ha ocultado es cuánto suma el llamado success fee, o sea, la comisión de éxito que recibe una empresa de esas características como porcentaje del monto que se va a reestructurar. En el mercado, ese porcentaje es de 0.5 a 1% del total del monto renegociado. De acuerdo con el monto que se reestructuró (38 mil 342 millones de pesos), la comisión por éxito de mercado de Protego debe haber sido de entre 190 y 383 millones de pesos. Pero la cifra real que se pagó por la reestructuración de la deuda es tan secreta como la lista de beneficiarios de la pensión para adultos mayores.

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