Sunday, July 15, 2007

El gobierno legalizó la objeción de conciencia

Juegos de poder
Por: Leo Zuckermann

Digamos que apareciera una religión que pregonara el no pago de impuestos como parte de su credo. ¿Debería el Estado exentar a los individuos que profesaran esta fe? De hacerlo, ¿no vendría una conversión masiva de ciudadanos a esta religión? ¿No sería esto discriminatorio de los individuos de otras religiones que sí pagarían impuestos? Por supuesto que resulta ridículo pensar que alguien podría zafarse de pagar impuestos alegando una objeción de conciencia. Más temprano que tarde el Estado se quedaría sin ingresos. Por eso, los impuestos son obligatorios y generales para toda la ciudadanía, independientemente de sus creencias.

Otro ejemplo: el servicio militar obligatorio cuando un país está en guerra. Fue el caso de Estados Unidos con Vietnam. Aunque muchos ciudadanos estaban en contra de este conflicto bélico, el gobierno no les permitió la objeción de conciencia. El Ejército hubiera perdido cuantiosos reclutas de haberla aceptado: muchos oportunistas se hubieran acogido a ella. Los verdaderos objetores de conciencia huyeron al exilio para no luchar; el gobierno los consideró desertores, aunque los amnistió años después.

En Israel, un país en constante guerra, existe la conscripción. Sin embargo, hay soldados que rehúsan servir en los territorios palestinos; piensan que la ocupación israelí es injusta y que su país debería retirarse a la brevedad. En estos casos, pueden invocar la objeción de conciencia, pero son encarcelados en una prisión militar. No es tan fácil zafarse de ir a los convulsionados territorios sin un castigo. Esto, una vez más, con el objetivo de no dar incentivos para que la gente incumpla con las obligaciones del Estado.

En México, el jefe de Gobierno capitalino argumenta que los médicos no podrán alegar una objeción de conciencia para no realizar abortos, ahora que éstos fueron despenalizados: "Tenemos que atender a la población, es lo que nos ordena la ley". Según la consejera jurídica del DF, Leticia Bonifaz, "la objeción de conciencia no está prevista en la legislación positiva de México". Sin embargo, la Ley de Salud de la capital otorga la posibilidad a los médicos de "ser objetores de conciencia y por tal razón excusarse de intervenir en la interrupción del embarazo, debiendo referir a la mujer con un médico no objetor. Cuando sea urgente la interrupción del embarazo para salvaguardar la salud o la vida de la mujer, no podrá invocarse la objeción de conciencia". Más claro, ni el agua.

Entonces, ¿por qué Marcelo Ebrard cuestiona la validez de la objeción de conciencia? Me parece que tiene que ver con la estrategia que implementará la Iglesia católica para combatir el aborto en la capital. En palabras del cardenal Norberto Rivera Carrera: "Ninguna circunstancia, ninguna finalidad, ninguna ley en el mundo podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilícito". La declaración sería una barbaridad si no fuera porque los mismos legisladores capitalinos que legalizaron el aborto fueron los que permitieron la objeción de conciencia. De ahí que el cardenal haya rematado su declaración recordando a los médicos "que pueden hacer valer su derecho humano a la objeción de conciencia".

De esta forma, se dará una lucha en la comunidad médica capitalina: de un lado la Iglesia presionándolos para que no interrumpan embarazos, y del otro el gobierno para que sí. Pero fue el propio gobierno el que se metió en este berenjenal al legalizar la objeción de conciencia. Y vaya que la Iglesia la explotará.

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